abril 28, 2018

Nuevo Tatuaje

Me doy cuenta de que estaba por hablar de mi segundo tatuaje cuando nunca hablé del primero. Pues ahí voy.

En su momento mi novia tenía muchos amigos, un par de ellos se dedican a hacer tatuajes y siempre quise uno pero desde niño he tenido miedo a las agujas y al rechazo social que podía traer (si, muy popular que eres... pendejo). Fui conociendo a su grupo de amigos y varios de ellos ya tenían algunos tatuajes, poco a poco comencé a tomarle confianza a uno de los tatuadores en particular.

Decidí hacerme un tatuaje para hacer algo diferente y superar mi temor a las agujas (no funcionó). El problema era que no sabía que quería para plasmar en mi cuerpo para pinches siempre. Debía ser algo con un significado especial. Hasta el momento creo que tomé una decisión chingona.

No es foto del tatuaje pero está basado en ese mismo.

La idea surgió como un tributo realmente. Como es de suponer me apodan Zombie desde la secundaria. solo cambié la forma de escribirlo para que no sea tan genérico. Todo surgió por una foto donde me estaba cayendo hacia atrás al momento de la foto, para mantener el equilibrio estiré los brazos hacia adelante, el flash hizo ver mi piel más blanca de lo que era entonces y también me hizo los ojos rojos. El apodo no requería pensar mucho, era corto y pegajoso. Incluso a mí me gustó.

La persona que me puso este apodo no solo dejó eso como marca. El había fallecido hace unos meses llendo a pedir la mano de su novia en matrimonio. Había olvidado el anillo y tuvo que regresar, llevaba prisa, así debió apresurarse... perdió el control y murió instantáneamente al momento del choque en la carretera. Es la única muerte a mi alrededor que me ha importado y eso que ya habíamos perdido el contacto.

El tatuaje en sí no me dolió, lo cual me pareció extraño pues esperaba que se sintiera como mil puñaladas por segundo, incluso llevaba dulces por si se me bajaba la presión y un amigo me acompañó para ver que no me muriera en el sitio.

Este tatuador vive en Guadalajara pero su familia es de aquí, entonces cuando vino hizo una publicación en facebook indicando que estaría en la ciudad y que se podían hacer citas para tatuajes mientras duraba su estadía. Como recordaba haber visto un diseño suyo que me gustó mucho le pregunté si lo tenía a la mano, lo ví y le dije que lo quería. Nos pusimos de acuerdo con el precio, fecha y hora.

Finalmente llegó el día. Me acompañó una amiga pues cuando le comenté me pidió de favor ir a ver que pedo. El tatuaje anterior fue en el hombro derecho, por la parte de la espalda pero este sería en el pectoral izquierdo. Iba con toda la confianza del mundo pues el anterior no me dolió y creí que este tampoco me dolería... que ingenuo fuí.

Si bien no fue TAN doloroso como para gritar si fué bastante molesto y en algunas partes (las cercanas a mi pezón) si me hacían pensar en interrumpir el proceso pero mantuve la compostura y me mantuve firme ante el compromiso que debía afrontar. Nótese que seré bien marica pero no le temo al compromiso (ya hazme caso nena).


El tatuaje del que hablo es el de la sirena. Me gustaría poder decir que tiene un significado profundo como que representa el hecho de que no debo caer en pensamientos depresivos por la situación del divorcio o que debo dejar de pensar en mi ex... pero no. Simplemente no me gustan las sirenas (ni los unicornios. ODIO los malditos unicornios).

Cuando me estaba poniendo en contacto con mi tatuador de confianza me sentí temeroso pues en esa foto el dibujo es del tamaño de la libreta y no quería algo tan grande, me dijo que podía hacerlo de 12cm. y quedaría bien. Siendo yo le dije que si... sabiendo pura madre cuánto son 12cm.

Al día siguiente tomé una libreta cuadriculada que tenía rondando por ahí en la que cada cuadro mide 1/2cm. Ahí ví que 12cm. no es realmente nada grande ni descabellado.

...Y me deprimí.

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